viernes, 13 de noviembre de 2009

AGUJA COLIPINTA


Aguja Colipinta

Limosa lapponica 38 cm.

Procedentes de Escandinavia y norte de Rusia, bandos de agujas colipintas visitan España en las épocas de paso, permaneciendo durante todo el invierno en algunas localidades favorables. Se reúnen con los correlimos gordos y con los ostreros en las riberas marinas. Apiñándose en las rocas cuando sube la marea. Los nuevos individuos que van llegando se colocan en el centro del hacinamiento, obligando a los que se encontraban allí anteriormente a levantar el vuelo en busca de nuevos posaderos.
Las agujas, que deben su nombre a su pico extremadamente largo, en invierno parecen pequeños zarapitos, con excepción de sus picos que son rectos o curvados ligeramente hacia arriba. Es característico su plumaje nupcial castaño-rojizo en verano.
La Aguja Colipinta, que nunca ha criado en España, es relativamente común durante las migraciones de otoño y primavera, especialmente en las costas, pues en el interior del país sólo ha sido observada en contadas ocasiones. En la costa cantábrica empieza a manifestarse el paso otoñal ya en el mes de agosto, y un pequeño número permanece allí durante todo el invierno.

Identificación: En invierno, pardo-grisáceo moteado encima, blancuzco por debajo; en verano, pecho, cuello y cara castaño-rojizo; obispillo blanco; pico recto o ligeramente curvado hacia arriba; cola listada; sexos iguales.
Nidificación: Anida en el Ártico, haciendo un hoyo en húmedos aguazales forrado con hojas de abedul y liquen; pone, al final mayo-junio, 4 huevos verde oliva o castaños con manchas más oscuras; incubación, alrededor de 21 días, por ambos sexos.
Alimentación: En invierno, pulgas de arena, camarones, gusanos, caracoles, pequeños moluscos; en verano, insectos y pequeños animales del suelo.
Hábitat: Mares costas y estuarios.

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