lunes, 16 de noviembre de 2009

AZOR COMUN


Azor Común
Accipiter gentilis
Macho 50cm. Hembra 60 cm.
Entre las rapaces de nuestra fauna, el Azor Común y el Halcón Común son temibles y feroces cazadores. El Azor Común, maestro en el ataque por sorpresa, se revela especialmente rápido y preciso. Por otro lado, su morfología se presta bien a esta técnica de caza. Su talla y su potencia le permiten capturar especies de tamaño medio, y su larga cola constituye un timón muy eficaz para efectuar bruscos cambios de rumbo cuando persigue a sus víctimas por el aire.
Huésped de los grandes macizos forestales, establece sus terrenos de caza en los linderos, en los amplios calveros y en los campos salpicados de setos. Emboscado en una rama – su discreta librea le asegura un excelente camuflaje –, espera pacientemente que una presa se mueva en la vecindad. Llegado el momento, abandona su retiro y se lanza sobre su víctima antes de que ésta tenga tiempo de huir.
El Azor Común está en vías de desaparición. Sin embargo, contribuye a limitar el número de Arrendajos, Urracas, Cuervos y Palomas, sus presas favoritas.
Por su especial facilidad para la caza en terrenos boscosos, el Azor Común ha sido desde antiguo una de las rapaces favoritas de los cetreros .

Identificación: Por encima, pardo-grisáceo apizarrado; ceja clara; por debajo blanco, rayado en la garganta, barrado en el vientre pardo negruzco; subcaudales blancas; cola barrada de oscuro; pico oscuro con cera amarilla; patas amarillas; iris amarillo anaranjado. La hembra es más corpulenta que el macho.
Nidificación: Nido construido sobre uno viejo de córvido o de rapaz; puesta de abril a mayo; 3 a 4 huevos azulados; incubación, sólo por la hembra, de 35 a 41 días; los pollos abandonan el nido tras 40 días.
Alimentación: Ardillas, liebres, conejos, topillos, arrendajos, córvidos, palomas, perdices, estorninos, zorzales, mirlos.
Hábitat: Bosques.

AVUTARDA COMUN


Avutarda Común
Otis tarda 1m.
Recortadas contra el cielo en una pequeña elevación que domina la gran llanura de cereales, unas macizas figuras pastan sosegadamente, recordando de lejos un pequeño rebaño de ovejas: son las avutardas, grandes aves propias de terrenos abiertos y cultivos de cereal. En el bando, formado por machos de mayor tamaño y hembras más menudas, un macho viejo, por lo general, vigila atentamente en todas direcciones mientras sus compañeros se alimentan. De repente algo llama la atención del centinela, que adopta una postura rígida, con el cuello estirado, lo que alerta a los demás, y poco después todo el bando se echa a volar pesadamente.
El cortejo nupcial de esta especie es muy espectacular: el macho patea el suelo y sacude las alas; a continuación abre la cola, la apoya sobre el dorso, cruza sus largas primarias de manera que las puntas sobresalgan de aquél, levanta las escapulares, y las vuelve, presentándose entonces el ave casi blanca, con las alas colgando, la cabeza entre los hombros y los bigotes erguidos.

Identificación: Gran tamaño; el macho tiene cabeza y cuello gris claro, bigotes blancuzcos y largos a cada lado del mentón; partes superiores ocráceas ondeadas de negro; partes inferiores blancas con faja pectoral ocrácea; la hembra, bastante más pequeña, carece de bigotes y de faja pectoral.
Nidificación: No construye nido; utiliza una ligera depresión del suelo, con los tallos de las hierbas tronchados, en llanuras de pastoreo desarboladas y campos de cereal; puesta, de abril a junio, de 2 a 3 huevos verde intenso u oliváceo, ligeramente moteados de pardo-oscuro; incubación, sólo por la hembra, 25 a 28 días; los pollos, alimentados y atendidos sólo por la hembra, dejan el nido al nacer, volando a las 4 ó 5 semanas.
Alimentación: Los adultos, principalmente, materia vegetal; a veces insectos, lagartos, moluscos y pollos de otras aves; los pollos, exclusivamente insectos.
Hábitat: Cultivos

AVOCETA COMUN


Avoceta Común

Recurvirostra avosetta 42 cm.

Igual que el Flamenco Común, la Avoceta Común está adaptada a las charcas salobres; dotada de largas patas palmeadas, busca los pequeños crustáceos que pululan en estos medios salinos. A diferencia del flamenco, que posee un pico curvado hacia abajo, la Avoceta Común lo tiene curvado hacia arriba y delgado en su extremo: en lugar de tomar agua y volverla a echar una vez filtrada, recorre rápidamente con su pico puntiagudo la superficie de la misma.
Ruidosa en época normal, se distingue de lejos por sus típicos «cluik-cluik». En la temporada de nidificación, la avoceta se arranca contra cualquier intruso.
Esta especie singular tiene juegos nupciales complicados y colectivos, mezcla de luchas y de simulacros de pesca. Los nidos, situados en los islotes planos de las lagunas, en las «vetas» marismeñas o en praderas salitrosas, son destruidos frecuentemente por predadores. Las pérdidas también son importantes entre los pollos, pues cuando las gaviotas empiezan a merodear, las repetidas alarmas de los temerosos padres los hacen esconderse y acaban por debilitarlos, sin tiempo para alimentarse.
En una colonia típica de avocetas se les puede encontrar en compañía de otras especies, como canasteras, cigüeñuelas, pagazas piconegras, charrancitos, etc., formando un abigarrado y llamativo ir y venir de aves.

Identificación: Atrevido plumaje blanco negro; pico largo, delgado, curvado hacia arriba; patas largas azul plomo; sexos iguales.
Nidificación: Nidos en colonias, cerca del agua, en montón de hierba o bancos de arena; el nido es a menudo un gran montón de vegetación seca; pone, de abril a junio, usualmente 4 huevos, ocráceos pálido, punteados de gris y castaño oscuro; incubación, alrededor de 23 días, por la pareja; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido a las pocas horas, volando unas 6 semanas después.
Alimentación: Crustáceos, insectos acuáticos y sus larvas.
Hábitat: Marismas y zonas palustres.

AVION ZAPADOR


Avión Zapador
Riparia riparia 12 cm.

Este avión es la especie más pequeña de nuestras cinco golondrinas. Los primeros bandos llegan en la primera quincena de marzo, concentrándose en lagos, ríos y embalses para comer mosquitos. Más tarde buscan los sitios de nidificación de años anteriores en taludes ribereños verticales, acantilados, cortados de ferrocarril y graveras abandonadas. La llegada de las aves a la colonia es brusca, de la misma manera que la partida.
Los dos sexos horadan un túnel de cincuenta centímetros a un metro de longitud en el bancal en que anidan, excavando en el fondo una pequeña cámara que forran de mala manera con hierba y plumas.
Es difícil confundir este ave con ambas especies de golondrinas y con el Avión Común aunque no tanto con el Avión Roquero, pero la franja parda de su pecho es característica, careciendo de obispillo blanco (Avión Común) y de motas blancas en la cola (Avión Roquero).Raramente se posa en tierra, excepto para dormir en cañaverales y carrizales, en los que se reúnen grandes bandos tras la estación de cría, mezclándose allí con otras especies de golondrinas. Este dormidero comunitario dura hasta que pasado septiembre las aves parten para invernar en Africa.

Identificación: La golondrina más pequeña; pardo uniforme por encima, blanco por debajo; una banda parda cruza el pecho; cola corta y ligeramente ahorquillada, sexos iguales.
Nidificación: Ambos sexos excavan túnel de 50 cm. a un metro, en cortados arenosos, acantilados, graveras, etc.; cámara del nido forrada con plumas y hierbas obtenidas en vuelo; pone, de abril a agosto, de 4 a 5 huevos blancos; incubación, unos 14 días, por la pareja; los pollos, cebados por ambos, vuelan tras unos 19 días; normalmente dos crías.
Alimentación: Mosquitos, otras moscas pequeñas, escarabajos, y otros insectos, normalmente capturados sobre el agua.
Hábitat: Aguas continentales.

AVION ROQUERO


Avión Roquero

Ptyonoprogne rupestris 14,5 cm.

En el estrecho valle rocoso en cuyas paredes crecen algunos matorrales, los aviones roqueros van y vienen, volando con sus cortas alas triangulares, dedicados a una caza encarnizada de insectos, menos rápida que la de los vencejos reales, que ocupan el mismo acantilado.
Esta golondrina es la más montaraz de todas las que habitan en España. Frecuenta casi exclusivamente acantilados costeros o del interior, aunque se conocen casos de nidos en edificios y otras construcciones. Ocupa igualmente una amplia gama de altitudes, desde el nivel del mar hasta las más altas cumbres de nuestros macizos montañosos, como Gredos, los Pirineos, etc.
Persiguiéndose en vuelo, los aviones roqueros desarrollan el cortejo nupcial, en el que a veces uno de ellos recoge en el aire una pluma o pelusa para entregarla a su pareja; generalmente se limitan a vuelos circulares.
La población española parece que se comporta de dos modos diferentes, pues si bien en muchas zonas altas desaparecen en otoño para ir a invernar fuera de España, en las zonas más bajas está presente todo el año.

Identificación: Parecido al Avión Zapador. Aunque ligeramente mayor, enteramente pardo por encima y blanco sucio por debajo, careciendo de faja pectoral; cola cuadrada con marcas blancas cerca del extremo; sexos iguales.
Nidificación: Anida en pequeñas colonias; nido, bien guarnecido, construido por ambos sexos, con barro, en forma de copa, en roqueros, acantilados costeros y fluviales, cuevas; a veces junto a los de aviones comunes; puesta, de abril a junio, 4 a 5 huevos blanco cremoso manchados de pardo y gris; incubación principalmente por la hembra, unos 24 a 26 días; dos crías.
Alimentación: Principalmente insectos cazados al vuelo.
Hábitat: Montañas y riscos.

AVION COMUN


Avión Común
Delichon urbicum 13 cm.
Entre las ágiles siluetas que evolucionan en el cielo de nuestras ciudades y pueblos se advierte un ave de obispillo blanco: es el Avión Común, que sitúa su nido de barro seco en un rincón de los edificios.
El Avión Común, bien sea urbano, rural o de montaña, es un ave familiar y muy gregaria. Aunque más rechoncho que otras golondrinas, su aspecto es no obstante fino, y su vuelo alcanza una perfección y elegancia admirables. La familia permanece generalmente unida y fiel a su nido, donde se apilan los padres y los jóvenes nacidos de sucesivas crías. Al final de la temporada emigran hacia sus cuarteles de invierno africanos. A los peligros del viaje, cuyas etapas más difíciles son la travesía del Sahara y la del Mediterráneo, se añaden además muchas dificultades en el momento de la nidificación. La contaminación del aire impulsa al Avión Común a abandonar las ciudades, y los insecticidas utilizados en algunos establos son nefastos para las nidadas allí establecidas.
En España cría por todas partes, en ocasiones a bastante altura; pero hay sitios idóneos en los cuales se producen unas extraordinarias aglomeraciones de nidos.

Identificación: Azul negruzco por arriba, blanco por debajo, con obispillo blanco. Cola menos ahorquillada que la de las golondrinas; sexos iguales.
Nidificación: Ambos sexos construyen un nido redondeado de pegotes de barro, hierbas y raicillas, bajo los aleros de los edificios, bajo los puentes, en cuevas o acantilados; nido revestido de delgada capa de plumas; puesta, en mayo-agosto, generalmente de 4 a 5 huevos blancos, cuya incubación, por ambos padres, dura de 14 a 15 días. Los pollos vuelan después de 22 días y son alimentados por ambos padres; dos crías, a veces tres.
Alimentación: casi enteramente insectos capturados en vuelo, sobre todo moscas y pequeños escarabajos.
Hábitat: Ciudades y pueblos.

AVETORO COMUN


Avetoro Común

Botaurus stellaris 75 cm.
En una cálida noche de mayo, un sordo mugido asciende de los carrizos y resuena a lentos intervalos regulares por toda la charca. El «toro de los pantanos» no es más que una gruesa garza pardusca, el Avetoro Común, cuyo grito ha intrigado muchas veces a los ribereños de las lagunas. Se ha creído durante mucho tiempo que el ave producía este sonido soplando con el pico dentro del agua o gargarizando. En realidad la emisión sonora tiene lugar al aire libre. El avetoro aspira grandes bocanadas de aire que exhala convulsiva y sonoramente, y es esta vibración grave, debida al paso del aire por la tráquea, la que produce el «ujuump-ujump-ujump».
De costumbres solitarias y perfectamente discreto, habita principalmente carrizales muy densos. Si se le sorprende, se le encuentra inmóvil, mezclando su plumaje con las matas de carrizo, con el cuello y el pico apuntando hacia el cielo, mientras que los ojos, situados lateralmente y muy móviles, siguen al intruso.
Abundante en otros tiempos en toda la zona mediterránea española, su número ha decrecido alarmantemente a causa de una desmesurada caza, motivada sobre todo por la tradicional costumbre de comerse tanto los pollos como los adultos.

Identificación: Plumaje pardo densamente moteado y listado con castaño oscuro y negro; patas y dedos verdes; sexos iguales.
Nidificación: La hembra construye un desordenado montón de juncos y otro material, normalmente en agua con espesa vegetación; puesta, de abril a mayo, de 4 a 6 huevos oliváceos; incubación, alrededor de 25 días, por la hembra; los pollos, alimentados por la hembra, dejan el nido a las 3 semanas, volando tras unas 8 semanas.
Alimentación: Ranas y pequeños peces; ratas de agua, escarabajos de agua, larvas acuáticas, ninfas y libélulas; algunas aves pequeñas y pollos; hierbas acuáticas a veces.
Hábitat: Marismas y zonas palustres.