Alondra Común
Alauda arvensis 17 cm
Los franceses la llaman «Alondra de los campos», los ingleses «Alondra del cielo». Este pájaro de color tierra puebla las planicies baldías, las grandes llanuras y las landas . No le gusta posarse en alto y apenas abandona el suelo, como no sea para convertirse en la «Alondra del cielo», que canta incansablemente ascendiendo en el aire. Sin interrumpir su melodía, se eleva hasta perderse de vista, se cierne y desciende por fin a tierra, donde es difícil distinguirla, ya que su mimetismo es perfecto.
Cuando acaba el verano no se ven apenas alondras, que se disimulan entre la hierba para mudar con toda tranquilidad. En otoño pierden su agresividad territorial y se reúnen en pequeños bandos para alimentarse y para migrar. Durante el invierno su número se refuerza considerablemente con los migradores nórdicos, que vienen a reunirse en los sembrados.
En España anida principalmente en la mitad norte, pudiendo distinguirse poblaciones de llanura y de niveles altos. Tanto unas como otras probablemente realizan movimientos trashumantes.
Identificación: Pardo listado; en vuelo muestra plumas externas de la cola blancas; característico vuelo de canto, cerniéndose; pequeña cresta; línea blanca a lo largo del borde posterior del ala; sexos iguales.
Nidificación: La hembra construye en el suelo nido de hierba en forma de copa, forrado a veces con pelo; pone, en abril-agosto, usualmente 3 ó 4 huevos blancos espesamente moteados de pardo; incubación, alrededor de 11 días, solo por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido tras unos 8 días, volando a los 16; dos o tres crías.
Alimentación: Semillas de herbáceas; hojas de trébol y otras plantas; lombrices, orugas, escarabajos y sus larvas, arañas y otros pequeños animales del suelo; algún grano.
Hábitat: Cultivos.
Alauda arvensis 17 cm
Los franceses la llaman «Alondra de los campos», los ingleses «Alondra del cielo». Este pájaro de color tierra puebla las planicies baldías, las grandes llanuras y las landas . No le gusta posarse en alto y apenas abandona el suelo, como no sea para convertirse en la «Alondra del cielo», que canta incansablemente ascendiendo en el aire. Sin interrumpir su melodía, se eleva hasta perderse de vista, se cierne y desciende por fin a tierra, donde es difícil distinguirla, ya que su mimetismo es perfecto.
Cuando acaba el verano no se ven apenas alondras, que se disimulan entre la hierba para mudar con toda tranquilidad. En otoño pierden su agresividad territorial y se reúnen en pequeños bandos para alimentarse y para migrar. Durante el invierno su número se refuerza considerablemente con los migradores nórdicos, que vienen a reunirse en los sembrados.
En España anida principalmente en la mitad norte, pudiendo distinguirse poblaciones de llanura y de niveles altos. Tanto unas como otras probablemente realizan movimientos trashumantes.
Identificación: Pardo listado; en vuelo muestra plumas externas de la cola blancas; característico vuelo de canto, cerniéndose; pequeña cresta; línea blanca a lo largo del borde posterior del ala; sexos iguales.
Nidificación: La hembra construye en el suelo nido de hierba en forma de copa, forrado a veces con pelo; pone, en abril-agosto, usualmente 3 ó 4 huevos blancos espesamente moteados de pardo; incubación, alrededor de 11 días, solo por la hembra; los pollos, alimentados por ambos padres, dejan el nido tras unos 8 días, volando a los 16; dos o tres crías.
Alimentación: Semillas de herbáceas; hojas de trébol y otras plantas; lombrices, orugas, escarabajos y sus larvas, arañas y otros pequeños animales del suelo; algún grano.
Hábitat: Cultivos.
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