Alcaudón Real
Lanius meridionalis 25 cm.
Al empezar la época invernal, los alcaudones reales pierden en parte su natural desconfianza, aunque siempre se mantienen circunspectos. Entonces se les puede ver posados bien visibles en un hilo telegráfico al borde de la carretera o en lo alto de un árbol deshojado.
El mayor de nuestros alcaudones prefiere terrenos más o menos abiertos con matorrales, huertos de frutales y cercanías de zonas boscosas, donde puede cazar al acecho.
Los alcaudones reales que anidan en España, repartidos por doquier, aunque siempre en parejas aisladas, se han separado como una raza distinta de la que cría en el resto de Europa. En general, son menos corpulentos, con dorso más grisáceo oscuro, vientre con tinte rosado, ala de menor longitud y cola más larga. Todos estos caracteres los hacen reconocibles respecto a los de Europa, que también se observan en invierno, ya que algunos invernan en el norte de España y en Baleares; en cambio los indígenas son sedentarios o a lo sumo trashumantes, realizando cortos desplazamientos.
Identificación: Partes superiores gris-pizarra e inferiores blancas o rosadas, lista superciliar blanca; bandas negras sobre los ojos y mejillas, alas negras con estrecha franja blanca; cola larga. Jóvenes: pardo-grisáceo por encima con bandas ondeadas pardas por debajo; sexos iguales.
Nidificación: Nido descuidado, construido por ambos sexos con hierbajos y forrado de hierbas más finas, raíces y algunas plumas; colocado generalmente en arbustos o árboles entre 2 y 20 metros de altura; puesta, marzo-mayo, 4 a 7 huevos grisáceos con manchas pardas o rojizas que suelen aparecer en forma de corona; incubación, sólo por la hembra, unos 16 días; los pollos dejan el nido aproximadamente a los 20 días; posiblemente dos crías.
Alimentación: Pequeños vertebrados, como lagartijas y aves jóvenes; insectos y sus larvas, lombrices; a veces carroña.
Hábitat: Monte bravío.
Lanius meridionalis 25 cm.
Al empezar la época invernal, los alcaudones reales pierden en parte su natural desconfianza, aunque siempre se mantienen circunspectos. Entonces se les puede ver posados bien visibles en un hilo telegráfico al borde de la carretera o en lo alto de un árbol deshojado.
El mayor de nuestros alcaudones prefiere terrenos más o menos abiertos con matorrales, huertos de frutales y cercanías de zonas boscosas, donde puede cazar al acecho.
Los alcaudones reales que anidan en España, repartidos por doquier, aunque siempre en parejas aisladas, se han separado como una raza distinta de la que cría en el resto de Europa. En general, son menos corpulentos, con dorso más grisáceo oscuro, vientre con tinte rosado, ala de menor longitud y cola más larga. Todos estos caracteres los hacen reconocibles respecto a los de Europa, que también se observan en invierno, ya que algunos invernan en el norte de España y en Baleares; en cambio los indígenas son sedentarios o a lo sumo trashumantes, realizando cortos desplazamientos.
Identificación: Partes superiores gris-pizarra e inferiores blancas o rosadas, lista superciliar blanca; bandas negras sobre los ojos y mejillas, alas negras con estrecha franja blanca; cola larga. Jóvenes: pardo-grisáceo por encima con bandas ondeadas pardas por debajo; sexos iguales.
Nidificación: Nido descuidado, construido por ambos sexos con hierbajos y forrado de hierbas más finas, raíces y algunas plumas; colocado generalmente en arbustos o árboles entre 2 y 20 metros de altura; puesta, marzo-mayo, 4 a 7 huevos grisáceos con manchas pardas o rojizas que suelen aparecer en forma de corona; incubación, sólo por la hembra, unos 16 días; los pollos dejan el nido aproximadamente a los 20 días; posiblemente dos crías.
Alimentación: Pequeños vertebrados, como lagartijas y aves jóvenes; insectos y sus larvas, lombrices; a veces carroña.
Hábitat: Monte bravío.
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